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domingo, 19 de abril de 2015

Respirar durante el entrenamiento


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La respiración es una actividad de crucial importancia cada vez que realizamos ejercicios físicos, ya que mediante el ingreso de aire en nuestro organismo los músculos y tejidos logran oxigenarse, cumplir con sus funciones y brindarnos la energía necesaria para el movimiento que deseemos realizar.
Durante el ejercicio las demandas de oxígeno se incrementan y, por ello, el cuerpo optimiza su funcionamiento para conseguir el aire necesario, pero nosotros podemos tener un mayor control sobre los movimientos respiratorios que nos permitan colaborar al respecto y favorecer el rendimiento deportivo.
Está demostrado que la sensación de fatiga experimentada por nuestro cuerpo tras la práctica deportiva no se debe al esfuerzo realizado por los músculos específicamente involucrados. La carga de trabajo extra que reciben los músculos implicados en los movimientos respiratorios tiene una gran influencia, debido a que el cuerpo roba flujo sanguíneo y oxígeno a los músculos locomotores para que la respiración que nos mantiene vivos continúe realizándose. Por tanto, es primordial que sepamos respirar correctamente antes de lanzarnos a practicar ejercicio físico, con la finalidad de retrasar el desarrollo de fatiga y favorecer cada movimiento.
Asimismo, aunque no existe una única forma de respirar ‘adecuadamente’, debemos apuntar que, en la mayoría de los casos, sobre todo en climas fríos, conviene ingresar el aire, o inspirar, por la nariz, ya que a través de las vías nasales el aire se purifica y calienta para llegar en las mejores condiciones a nuestro organismo. En cuanto al proceso inverso, siempre debemos espirar, osoltar el dióxido de carbono, por la boca. No obstante, la cavidad bucal también puede ser una vía de entrada de aire, utilizada principalmente por personas poco entrenadas con una demanda de oxigeno que no se satisface correctamente al inspirar por la nariz.
La respiración también puede ser entrenada, como cualquier otro movimiento corporal, a través de la ejercitación de los músculos involucrados, como son el diafragma, los intercostales internos, escalenos, pectoral y trapecio para inhalar, y los intercostales internos, oblicuos, transverso y recto anterior del abdomen para expirar el aire.
Es necesario aclarar que, si la respiración es abdominal, es decir, más profunda y lenta, conseguiremos una mayor entrada de aire, mientras que si sólo elevamos los hombros y la clavícula al inspirar, estamos ante la presencia de la llamada respiración clavicular, e ingresamos menos oxígeno al cuerpo.
En las actividades cíclicas y continuas, como son la mayoría de los deportes de resistencia como la natación o la carrera, la respiración dará mayores resultados si mantiene su ritmo, es relajada y profunda. En cambio, enactividades que no mantienen un ciclo o una continuidad, tales como el levantamiento de pesas, conviene sincronizar la ventilación con las fases del ejercicio. Es decir, en el momento de contracción de los músculos debemos espirar el aire, mientras que la inspiración debería realizarse en el momento de retomar la posición inicial, cuando los músculos vuelven a relajarse.
Teniendo estas premisas en cuenta podremos concentrarnos un poco más en la respiración que realizamos cada vez que nos ponemos en movimiento y, poco a poco, podremos optimizar la misma para colaborar con el entrenamiento

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